martes, 5 de enero de 2016

UN ASESINATO EN LA CASA DE JENGIBRE

Hey gente!!!! Lo sé, el título de esta entrada es muy raro, pero quería compartir con vosotros algo que me ocurrió en Navidad. Veréis, mi hermana y yo nos tiramos un día enterito haciendo un casa de jengibre. Que si hacer las galletas, que si decorarlas, que si pegarlas ( para mí eso fue lo peor tuve que quedarme quieta sosteniendo el tejado precariamente hasta que se pegó....No, no fue algo rápido)
Andrea y yo estamos de acuerdo en que no vamos a volver a hacer algo así ni locas, pero la cosa es que nos quedó super mona. La dejamos encima de la mesa del salón entre grititos de cuidado por el traslado desde la cocina y nos fuimos tan tranquilas a dormir......Creíamos que la casa estaba a salvo, nos equivocamos. A la mañana siguiente un adoquin del caminito de la casa estaba descolocado y el primer sospechoso fue el gato, pero como no parecía que hubiese tocado nada más no le dimos importancia. ERROR!!!! Por la tarde salimos a dar una vuelta y cuando volvimos nos encontramos algo que parecía de broma. La primera en verlo fue mi hermana, que me preguntó:
 "Raquel, tú has cogido al muñequito del mustache" (sí, había cuatro muñecos de jengibre, uno con un mustache, una chica con un vestidito, un tipo en bañador (ese lo hizo ella) y un Papá Noel hipster en la chimenea.....por el Ángel, ahora que me doy cuenta estamos verdaderamente chifladas) 
A lo que íbamos: 
"¿Yo? No, ¿qué pasa?"
"Creo que el gato ha cometido un asesinato"
Fue horrible gente, cuando me acerque en lugar de un muñequito había un rastro de migas que llevaban a....una manita y un piececito. No, no es cachondeo, se ve que mi gato es pijo y no le gustó esa parte o yo-que-sé, pero aquello parecía el escenario de un crimen. Mi hermana y yo fue como "cara de horror" un momento y luego le gritamos al gato, el tío estaba relamiendose tan tranquilo, di que no le dio tiempo a comer nada más comprobamos que no hubiera babas y luego nos echamos a reír. Tendríais que haberlo visto.... Ahora ya sabéis la lección, nunca dejéis al gato solo con una casita de jengibre, pueden pasar muchas cosas.

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